Roxiny: “¡Qué hermosa manera de gritar!”
Inspirada por su propia experiencia, la artista de rock alternativo y activista Roxiny aspira a elevar el poder curativo de la música.
Nota editorial: Este reportaje menciona temas de abuso sexual e incluye descripciones y situaciones que podrían ser detonantes emocionales para el lector. Si tú o alguien que conoces han sido afectados por violencia sexual, busca ayuda a través de la Línea de Ayuda Nacional de Abuso Sexual 1-800-656-HOPE disponible las 24 horas del día, o por internet.
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Su presencia es poderosa. El momento que Roxiny entra a un cuarto, ella reina. Su mirada profunda rebosa seguridad e intensidad. Con su pelo largo negro azabache y un aspecto “punk rock”, resalta su individualidad, manifestando un espíritu rebelde.
En una cabaña aislada rodeada de una majestuosa reserva natural y un denso bosque, la cantante y compositora dominicana, residente de la ciudad de Nueva York, nacida con el nombre de Roxiny Nicholson y ahora conocida simplemente como Roxiny, estaba concentrada, trabajando duro. Su equipo estaba allí para filmar videos para sus sencillos “Rituals” y “Stay”.
Luciendo un atuendo gótico glamuroso para el video musical “Rituals”, bailaba como si estuviera poseída, extendiendo sus brazos y mirando hacia el cielo. La escena evoca una oscuridad sublime con una energía etérea.
Su álbum debut “Qoya” — lanzado en marzo de 2024 — destaca canciones sobre abuso sexual y psicológico, empoderamiento de las mujeres, amor, esperanza, e igualdad y sobre la diversidad de la experiencia del inmigrante. En “9 Months” y “Ni Santas Ni Putas” protesta contra las relaciones narcisistas destructivas y la violencia en contra de la mujer.
“Ni Santas Ni Putas” fue inspirada por La Marcha de Las Putas, un movimiento de protesta internacional donde mujeres y familias se lanzan a las calles para luchar contra las violaciones y la violencia de género. “La canción es una oda para todos los que luchan por la igualdad de derechos y por la eliminación de la violencia contra las mujeres en todo el mundo”, dijo Roxiny. El video muestra mujeres con nombres escritos en sus espaldas de chicas que han desaparecido en Latinoamérica debido a violencia de género.
“9 Months” (9 meses) hace referencia a una relación tóxica donde Roxiny fue abusada psicológicamente y denigrada durante nueve meses por un novio narcisista.
“Fue una experiencia catártica, este último álbum, porque pude hablar sobre muchas cosas que antes no había podido encontrar las palabras para expresarme”, dijo.
La música y sus empeños creativos han ayudado a Roxiny a procesar difíciles circunstancias que había sufrido en su niñez y que han influenciado profundamente su desarrollo artístico de adulta. Actualmente está usando su plataforma para protestar sobre la violencia contra las mujeres y para dar a conocer mediante su activisimo el poder de sanación de la música.
Como sobreviviente de abuso sexual infantil, ella dice que aprendió a canalizar su trauma componiendo y cantando canciones viscerales.
“Me ayudó a transformar algo que era emocionalmente paralizante a un superpoder. Pude curarme de diferentes maneras a través de la música. Me dio un lugar para expresar ese dolor y superarlo, y ese mismo canal me dio las herramientas para ayudar a otras jóvenes a lidiar con sus experiencias y traumas”.
Influenciada por los grupos musicales como Yeah Yeah Yeahs y Suicide, su estilo de rock alternativo destaca sonidos crudos alternativos que invocan la era “New Wave” y “pos-punk” de los ‘90, cargado de resonancias “underground” de Bauhaus y de Joy Division. Con su pop oscuro feminista brinda al fin un respiro que hipnotiza con una onda que la separa del género latino urbano comercial. Por lo contrario, presenta intensa percusión y ritmos electrónicos que bailan con su aterciopelada voz melódica y desgarradora.
Su música ha sido descrita por Bruno del Granado, director del grupo latino de giras global de la agencia de representación artística Creative Artists Agency, como “revolucionaria”, y su persona como “rompedora de barreras”. Él fue testigo de su crecimiento y dijo que Roxiny “destroza la preconcebida noción que las artistas latinas tienen que usar seducción sexual para alcanzar el éxito en la industria de la música”. Cuando tenía 18 años, firmó un contrato discográfico con Sony —una oportunidad que todo artista muere por lograr— pero se salió del trato luego que la disquera le exigiera un estilo musical más urbano y un “look” sensual. “El objetivo del contrato era crear un dúo de reggaetón de chicas sexys, lo cual es lo que menos me representa”, dijo. “Yo siempre fui como una chica ‘punk rock’”.
Desde entonces, se ha mantenido fiel a sí misma como una artista independiente que no teme examinar sus traumáticas experiencias, usándolas como inspiración y motivación para su arte.
La artista, quien tiene una hija de cinco años, dice que comenzó a escribir canciones desde los 15.
“Fue liberador”, dijo. “Comenzó con mis cuadernos de poesía, donde acumulaba por años todos mis sentimientos”.
Nacida en Santo Domingo, se crió viajando con sus padres diplomáticos por todo el mundo, aunque mayormente en España. Cuando tenía alrededor de 5 años en la República Dominicana, no pudo escapar la depredación sexual de un amigo adolescente de la familia que solía cuidarla.
“Sabía que algo andaba mal”, dijo. “Pero no sabía cómo pararlo. Además, él era el hermano mayor de una amiga mía. Sucedió muchas veces. Cuando iba a su casa, se las ingeniaba para arrinconarme y hacer lo que él quisiera”.
Roxiny dice que su abusador la amenazaba, diciendo que si le contaba a sus padres, algo malo le pasaría a la familia. Por eso guardó el secreto por mucho tiempo; fue apenas cuando se fue de la casa alrededor de los 17 que pudo hablar más abiertamente sobre lo que le pasó. Escribir canciones y crear música fue parte de lo que la ayudó a comenzar a curarse.
“Subir al escenario y cantar todas estas canciones, es un poder que no puedo explicar", aseguró. “Te subes ahí y estás revisitando, pero revisitas en un espacio de catarsis”.
En la canción “Golden Prophet” Roxiny expresa su dolor, exponiendo sus luchas personales como sobreviviente. “Fue la primera vez en mi vida que realmente encontré las palabras para expresar lo que me pasó”, dijo. “Me siento empoderada cada vez que canto “Golden Prophet”.
El Poder Curativo de la Música
Crear música le ha permitido a Roxini procesar y compartir sus traumáticas experiencias. “En distintas maneras fue casi como mi terapia”, dijo.
Ella recuerda que —cuando era niña— estaba muy enojada y avergonzada durante muchos años por lo que le pasó, y se culpaba a sí misma por el abuso. “Estuve muy confundida y no sabía con quién hablar, ni cómo lidiar con ese tema”.
Durante una clase de educación sexual en la secundaria, aprendió la definición de abuso sexual y habló por primera vez de su trauma con una amiga. “De alguna manera todo reflotó en la conversación. Me di cuenta que, oh, no eres la única persona a la que le ha pasado.”
Luego de casi una década, en 2017, mientras estaba en Los Ángeles trabajando en el estudio con el productor musical Chris Cody, tuvo una importante revelación. “Me dio ese espacio alucinante y me dejó en un cuarto sola con un ritmo y un micrófono, y me dejó ser. Allí me dieron el escenario y el espacio para abrirme y decir lo que quería”. Así nació la canción “Golden Prophet”. Y en ese momento, el potencial de la música como herramienta de alivio emocional —más allá de ser una herramienta creativa— fue indiscutible.
“Para mi la música siempre ha sido algo que, sin importar por lo que esté pasando, una vez que encuentro esas palabras, se siente como una limpieza espiritual”.
La música puede ser una herramienta para calmar y para curar, también se puede usar para mejorar la salud mental y el bienestar, para alcanzar metas y superar desafíos.
La licenciada Sandra Ramos-Watt es una terapeuta de artes creativas y profesora asociada en el Departamento de Música y Profesiones en las Artes Escénicas de la Universidad de Nueva York (NYU) y quien trabaja con pacientes hispanos que han sufrido abusos y tienen limitaciones con el idioma. Ella dice que la música puede dar a la persona un sentido de tener cierto dominio sobre algo, en vez de tener experiencias traumáticas que la limiten o controlen. “Libera (crear música) a la persona de los aspectos de aprisionamiento de la experiencia”, enfatizó Ramos-Watt. Da la oportunidad a la gente de decir, “No voy a permitir que esta experiencia me arruine y me limite. La voy a poner al servicio de la creatividad”, agregó.
Para individuos que han sufrido abuso en silencio, o no se sintieron a salvo expresándose —como es el caso de muchos sobrevivientes— esto puede hacerlos sentir particularmente empoderados. Ramos-Watt explicó que exponer el trauma públicamente puede ayudar a validar la experiencia. “Entonces ganas el control de la experiencia al mostrarlo de una forma concreta, definiéndolo”.
“¡Qué hermosa manera de gritar"! recuerda Roxiny. “Puedes gritar, que es lo que me pasa cuando subo al escenario. Me transformo, y todo esto simplemente sale para afuera. Poder hacer eso es algo realmente poderoso”.
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Dr. Kenneth Aigen, profesor y director de Musicoterapia en la Escuela de Cultura, Educación y Desarrollo Humanitario Steinhardt en NYU, dice que la música puede ayudar a las personas a expresar memorias reprimidas y emociones difíciles. “La música puede funcionar como un contenedor. Alguien escribe una canción, y ahora hay un producto artístico. Está ahí afuera, y da a la persona una sensación de control cuando las memorias problemáticas o sentimientos son usados para crear algo”.
Dr. Aigen resalta la distinción de que no siempre se trata de expresar un trauma reprimido —dado que esto no siempre podría ser beneficioso. “A veces lo que la musicoterapia puede hacer no es necesariamente que la persona vuelva a experimentar el trauma, sino que simplemente puede construir un ser más saludable y más fuerte que emerge del ser dañado por el trauma infligido”, agregó.
Ambos terapistas enfatizan que cantar y usar el cuerpo como instrumento musical puede ser muy empoderador. “Ayuda a estar conectado al diafragma, a la respiración, al cuerpo. Muchas veces con el trauma, no estás conectado, te disasocias, te vas a otro lado, te sales del cuerpo”, dijo Ramos-Watt. “Entonces regresa a la persona a su cuerpo. Y la imagen del cuerpo se vuelve más positiva”, agregó el Dr. Aigan.
Música como activismo
“Escribir música fue mi salvación divina”, dijo Roxiny. “Y luego, una vez que sentí que llegué a un lugar donde me sentía cómoda hablando de ello, sin avergonzarme, sin sentir todas esas otras emociones que antes surgían, supe que estaba en una posición para poder ayudar a otras jóvenes”.
La música ha sido como una medicina para la artista. “Porque a veces, cuando has pasado por todas estas experiencias, solo quieres gritar. La música es una de esas cosas … no es tangible, pero tiene tanto poder”. Dedicada a su papel de activista en la lucha por los derechos de las mujeres, usa ese poder como activista en contra del abuso sexual.
“Siento que mi lucha es simplemente la lucha por unir a todos en un lugar donde todos somos iguales", comentó.
En Estados Unidos, al menos una de cuatro niñas y uno de 20 niños sufren de abuso sexual, según los Centros de Control de Enfermedades. De acuerdo a un reporte en 2022 de la Administración de Niños, Jóvenes, y Adultos del Departamento Federal de Salud y Servicios Humanos, entre los casos de maltrato donde las víctimas son niños hispanos, 10.5% fueron casos de abuso sexual. A nivel global , se calcula que 736 millones de mujeres —casi una de cada tres— han sido sujetas por lo menos una vez en su vida a violencia física y/o sexual por su pareja íntima, o violencia sexual fuera de la pareja, o ambas, de acuerdo a UN Women.
Roxiny colabora con varias organizaciones presentándose como cantante en eventos para crear conciencia —como el reciente Festival Feminista del Futuro de las Mujeres de las Naciones Unidas— y conduciendo talleres que elevan el poder curativo de la música para apoyar a mujeres y jóvenes que han sufrido abuso. Ella destacó que algunas de las colaboraciones más recientes fueron The Center, Road Recovery, Latinas y Líderes y GEMS — una organización dedicada a sobrevivientes y víctimas de tráfico sexual.
“La razón por la cual continuo haciendo estos talleres es porque he sido testigo del poder de la música”, dijo. “Tengo una experiencia con una persona en particular que cuando llegó a la primera sesión estaba temblando, paralizada, completamente cerrada. Luego de dos o tres sesiones viene y se empieza a abrir un poco. A la tercera vez, termina desahogándose de lo primero que se les viene a la mente. ¡La apertura ya sucedió! Yo pensaba, oh Dios mío, esto es … esto es poder”!
Hablar abiertamente sobre abuso sexual puede ser increíblemente difícil para sobrevivientes como Roxiny. Pero cuando finalmente se sintió lista, sintió la responsabilidad de hacerlo, como activista y como músico.
“Realmente tuve que tomar una decisión para mí misma y para muchas jóvenes que creo quizás estén en el mismo lugar que yo”, aseguró. “Definí algo importante que realmente es declarar esto públicamente y dejar algo que he superado”.
“Rituals” —la colaboración más reciente de Roxiny con el productor y ganador de un Grammy Little Shalimar sobre diversidad, individualidad y la unidad en Estados Unidos— se lanza en octubre en celebración del Mes de la Herencia Hispana. Este otoño participará en el Día Internacional de las Naciones Unidas de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, y en la primavera planea ir de gira por varias universidades del noroeste en colaboración con organizaciones que abogan por los derechos de la mujer.
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